TLC con Corea del Sur, ¿oportunidades para las Pyme?

A pesar de que por falta de trámite, en la anterior legislatura se hundiera el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea del Sur, de nuevo volvió al Congreso para su debate y, aunque hay temores sobre el efecto que este acuerdo trae para la industria de vehículos y electrodomésticos, desde Corea se destacan oportunidades para las Pyme.

Los mismos coreanos destacan que las fortalezas de su país están por el lado de productos terminados, y los de Colombia por el de las materias primas básicas y los productos agroindustriales. Creen además que, si bien, algunos subsectores manufactureros deben tener precauciones, Colombia está creciendo rápidamente y cada vez gana más importancia en el radar de las compañías de coreanas.

Aun así, los expertos ven factibles las alianzas en algunas ramas del sector industrial donde tanto el país asiático como Colombia carecen de competitividad. Como ejemplo mencionan el caso de la industria cosmética, que tiene una fuerte demanda en los países, pero Corea necesita materias primas que se encuentran en Colombia. Una de las ideas es crear un centro de investigación que reúna estos ingredientes.

A través de alianzas de cooperación, la nueva relación comercial puede beneficiar al sector empresarial de los dos países y ser el modelo adecuado para explotar económicamente el TLC.

Corea es un buen ejemplo para seguir en algunos aspectos, pues en ese país hubo varias fases de desarrollo en las que la industria fue más competitiva mediante la protección (barreras a importaciones), y hubo otras en las que el mercado, como ahora, es abierto. También es claro que todo plan de mejora en materia de competitividad debe soportarse en la promoción de exportaciones de mayor calidad.

Ese reto lo deben asumir las Pyme colombianas, y Corea lo hizo invirtiendo primero en educación básica y luego en investigación y desarrollo. Otro ejemplo que debería poner a pensar al Gobierno colombiano.

Otra práctica que los coreanos muestran como parte de su éxito, es que la primera piedra para la investigación y el desarrollo en ese país la puso el sector público y luego fueron los privados los que lo hicieron, incentivados por el Gobierno.

Dentro del tratado es posible la creación de centros de pensamiento mixtos, o en universidades, que a través de temas y tiempos definidos hagan evaluaciones de fortalezas y debilidades de los diferentes sectores, y busquen salidas que detecten los puntos críticos e los que hay falta de competitividad, y se puedan tomar medidas para superarlos.

Estos argumentos los expuso el director del Consejo Coreano para América Latina y el Caribe, Won-Ho Kim. El experto, también decano de estudios internacionales en la universidad Hankuk, recordó que aunque como parte de su proceso de reconversión Corea dejó de apoyar sectores en declive, todavía respalda algunos como el textil.