REFORMAS PARA UNA COLOMBIA POST-COVID-19: HACIA UN NUEVO CONTRATO SOCIAL

Ante el difícil escenario en el que la pandemia del COVID-19 dejó al país, con un aumento de cerca de 3 millones de personas adicionales en condición de pobreza, sumado a problemas estructurales como una informalidad laboral del 60%, una cobertura pensional de apenas el 25% y un estatuto tributario con gran cantidad de exenciones y poco progresivo, Fedesarrollo plantea una reforma integral que aborde cuatro grandes temas de forma unificada: las políticas social, laboral, pensional y tributaria. Para esto, se requieren ajustes que permitan eliminar las exclusiones sociales y productivas que continúan ubicando a Colombia entre los países más desiguales del mundo.

En términos de la política social, la propuesta de Fedesarrollo contempla:

-Implementar el Sisbén 4.0 como único mecanismo de focalización de los subsidios, eliminando de forma definitiva el estrato socioeconómico como instrumento de selección de beneficiarios.

-Universalización del programa Colombia Mayor a todos los adultos mayores de 65 años no pensionados con un monto equivalente a tres líneas de pobreza extrema ($412.000 mil pesos mensuales), lo que implicaría que el sistema de protección a la vejez alcanzaría cobertura universal y, al mismo tiempo, eliminaría de un tajo la pobreza en los adultos mayores.

-Creación de una renta mínima de monto fijo para los hogares en situación de pobreza y pobreza extrema con los recursos de los programas Ingreso Solidario, Familias en Acción y Jóvenes en Acción. Esta renta entregaría a los hogares pobres $35.000 pesos mensuales por cada adulto menor de 65 años en el hogar y $35.000 por cada menor de 18 años (hasta 3 menores por hogar), siempre y cuando asistan al colegio y a chequeos de salud. Estimamos que esta medida aumentará el monto promedio entregado a los hogares pobres de $44.000 pesos mensuales actualmente a $138.000 pesos mensuales.

En términos del sistema de protección para la vejez Fedesarrollo propone sustituir el sistema
actual por un sistema más sencillo, solidario y flexible de tres pilares:

-Un primer pilar gratuito y de cobertura universal de beneficios definidos, que entregaría, como ya se mencionó, un auxilio de tres líneas de pobreza extrema ($412.000 mil pesos mensuales) a todos los adultos mayores de 65 años que no reciben una pensión.

-Un segundo pilar contributivo y flexible, complemento del primero, en donde empresas y trabajadores quedarían en libertad de decidir en negociaciones colectivas un programa de ahorro para la vejez, abriendo la competencia hacia múltiples mecanismos de ahorro e inversión. Este segundo pilar no será obligatorio para las empresas inscritas en el Régimen Simple de Tributación. El resto de las empresas aportará por lo menos lo mismo que el trabajador a programas de ahorro que complementarán el auxilio entregado por el estado en el primer pilar universal.

-Finalmente, se constituiría un tercer pilar de ahorro voluntario individual, como el que existe actualmente.

-De esta reforma quedarán excluidos los actuales pensionados y quienes estén a menos de 10 años de alcanzar la edad de pensión en el régimen de Colpensiones, cuyos derechos serán plenamente reconocidos.