
RECUPERAR LA ECONOMÍA SIN ENTRAR EN AUSTERIDAD FISCAL
Con la llegada de la pandemia y las consecuencias económicas que las medidas de cuarentena trajeron consigo, el Gobierno decidió iniciar un plan de ayudas fiscales orientadas a mitigar el impacto de la crisis. Como consecuencia de ello se generó un mayor gasto público y se dejó de ingresar recursos, ocasionando un deterioro en el balance fiscal del 2020.
En el caso de las empresas, el gobierno enfocó sus ayudas en respaldar los créditos que les permitieron a las mismas aliviar las restricciones de liquidez que enfrentaban. La idea de esta política era que la flexibilización en las medidas restrictivas permitiese una recuperación en 2021.
La austeridad no es el camino
Para Sectorial, organización encargada del análisis, monitoreo y evaluación de los sectores, al no darse el crecimiento esperado en el presente año, el gobierno para evitar un deterioro en la calificación crediticia de los bonos decidió adoptar planes de austeridad fiscal orientados a incrementar los ingresos y reducir los gastos.
En Colombia, se lanzó a principios de abril de 2021, una estrategia para ahorrar alrededor de $137 millones de dólares. La reforma tributaria que dio inicio a una nueva etapa de protesta social y que terminó siendo retirada por el Gobierno hacía parte de esta estrategia.
Teniendo en cuenta el contexto, ¿realmente La austeridad es la solución?, Richard Kozul-Wright, director de la División de Globalización y Estrategia de Desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, en inglés) advirtió que “la austeridad fiscal y el recorte de gastos de las empresas no harán más que empeorar las condiciones preexistentes en el mundo”. De hecho, señala que tomar este camino truncaría la recuperación económica que ya se empieza a experimentar tímidamente, de manera que los países vivirían una doble recesión en 2022.
Según estimaciones de UNCTAD, “volver a la austeridad que había antes de la pandemia incrementaría la tasa de desempleo en dos puntos porcentuales (pp.) hasta 2030, mientras que el crecimiento mundial anual y los ingresos laborales caerían en uno y tres pp., respectivamente”.
Salida de la crisis
Para la UNCTAD, una recuperación sostenida e inclusiva requiere de dos cosas. En primer lugar, las economías desarrolladas deben mantener el nivel de gasto público hasta que el sector privado se recupere y la demanda repunte. En segundo lugar, estos países deben apoyar financieramente a las economías en vías de desarrollo para enfrentar las dificultades estructurales que las caracterizan. De este modo, se evitaría caer en otra “década perdida”.