Piñatas colombianas sorprenden a Francia

Elena Farah salió de Colombia en los años 70 y con estudios en arte llegó a Francia en busca de  nuevos horizontes. Tal vez por una vuelta del destino, esta colombiana ha sido la encargada de popularizar las piñatas en suelo francés, convirtiendo su idea inicial en un rentable negocio en el que ahora se destaca.

Con mayor fuerza cada vez en el circuito comercial, gracias a sus piñatas, Elena participó en  eventos Mexicanos en varias ciudades de Francia y las empresas que organizan cumpleaños infantiles empezaron también a contactarla para pedirle productos.

Gracias a su dedicación y su intensa labor de mercadeo para darse a conocer, Elena logra en el año 2000 un contrato con Euro Disney para trabajar en el evento de Halloween que dura un mes y en el cual la empresa contribuyó por cinco años seguidos.

Con un camino recorrido de a poco, la emprendedora colombiana analizó sus resultados y después de una década en el negocio se decidió a crecer y explorar más posibilidades.

Es así como llegó hasta un consejero que le dirigió a una entidad del estado para pedir ayuda y crecer en su negocio.

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Luego de plasmar toda su labor en un dossier y presentarlo ante una  junta, Elena logró  convencer a los especialistas, quienes se mostraron atraídos por la idea y le facilitaron recursos a través de una línea especial de crédito conocida como ?Préstamo de honor? en donde tuvo la facilidad de pagar 0 % de interés a cinco años. Con el préstamo logrado a través de Paris Initiative Entreprise (PIE), la empresaria colombiana mejoró su local , adquirió más mercancía y le dio un impulso especial a su idea, que ya era toda una empresa.

APRENDIZAJES

En medio de su proceso como empresaria, Elena recuerda especialmente que en Francia los  tres primeros años son exentos de cargas sociales y a partir del tercero ?el golpe llega y hay que ser fuerte y sólido para asumirlo?. ¡Y vaya que asumió el reto! Farah no sólo superó el impacto del tercer año en su empresa sino que siguió adelante en la iniciativa por mejorar su Pyme y con ideas novedosas, su trabajo ahora también tiene un carácter social al vincular presos de distintas cárceles, como La Central De La Santé, el penal más antiguo de Francia.

Elena reconoce que el trabajo en los penales no ha sido fácil en algunos momentos pero también resalta el inmenso valor que esto le brinda a su empresa y el gran aporte que el trabajo de los reclusos para mantener una producción constante en su boutique. Con su empresa, Elena no sólo conquistó las fiestas y puso a los franceses a romper piñatas, también ha trabajado con compañías como Nokia; la cadena de boutiques Des Petits Hauts; el Fashion Week; los bolígrafos BIC; Reebok y la diseñadora Sonia Rykiel, entre otros. Ahora, Elena desea crecer más con su empresa y a futuro espera regresar a Colombia para dirigir un  emprendimiento social a través de su experiencia en Montería. Entretanto, Farah seguirá alzando la bandera colombiana en tierras francesas con su empresa, llevando alegría y color a los galos.

Esta fue la entrevista de Elena Farah para Latinpyme

Ser empresario en Francia…

¿Qué atractivos brinda el sistema empresarial francés para los emprendimientos?

El Estado ofrece una paleta de ayudas para los nuevos emprendedores. Yo me beneficié de un préstamo de honor de PIE y este sirvió para instalarme crecer. Los primeros años fueron más fáciles ya que el estatuto de microempresa tiene un monto de beneficios al año para no pagar impuestos y los artículos no están sujetos a la TVA (IVA en Colombia). La TVA no se paga ni se recupera.

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¿Desde su óptica cómo ha sido el recibimiento para una empresaria colombiana en el exterior y qué es lo que más le valoran en su labor?

Cuando trabajaba en casa y en microempresa nunca note nada; sin embargo, cuando abrimos la boutique y nos enfrentamos a un largo público, empezamos a sentir una gran acogida no solamente de la gente del área sino también de París entero. Fue la primera tienda de piñatas que se abrió en la ciudad y la prensa nos hizo muchos artículos, poco a poco se pusieron de moda las piñatas y llegaban clientes de todas las áreas de París. Hoy en día el 90 % de las  piñatas son fabricadas en los talleres de trabajo que tengo en la cárcel y lo que el público más valora de mi trabajo es la originalidad y el acabado: las controlo de la A a la Z.

¿Qué enseñanzas le han quedado?

He cometido muchos errores…pero el más grande fue no haber estudiado mejor el contrato el local. Debí haber pedido consejos a un abogado. Firmé el contrato más exigente que existe en el mercado francés y, si no hubiese sido por eso, estoy segura que La Piñata tendría mayor éxito. Un consejo para emprendedores Lo que puedo decir a quienes quieran lanzarse en esta aventura es que sean constantes, serios y sobre todo que piensen en crear algo innovador para el mercado que tienen en la mira.