Permitir que la fuerza comercial controle la agenda de ventas

Finalmente, uno de los pecados más importantes y que se cometen seguido es el dejar que la fuerza comercial controle la agenda de ventas y que esta misma deje que recaiga toda la responsabilidad allí.

 

Esto lleva a caer en un círculo vicioso de falta de control, y  desconfianza. La fuerza de ventas no debe manejar su agenda para no caer en la tentación de modificarla a su antojo, pues eso se puede traducir no solo en improductividad sino también en una mala reputación con clientes o prospectos.

 

Cuando un tercero la gestiona permite una buena relación entre la gerencia y la fuerza de ventas, pero además información veraz y oportuna que ayuda a hacer los seguimientos y mejoras respectivas.

Fuente: LikeU