Negocios tecnológicos

Las empresas latinoamericanas han evolucionado mucho a lo largo de los últimos 10 años en el tema de innovación y en el uso de una base tecnológica que les permite posicionarse como proveedores confiables y con amplio crecimiento. Cada vez son más las empresas que migran hacia estructuras de base tecnológica.

Sin embargo, muchas Pyme tecnológicas van encontrándose con el desafío de transformarse, dependiendo de la etapa de madurez en la que se encuentren. Aquí se presentan algunos aspectos que deben tener en cuentas las Pyme.
Las compañías tecnológicas, por el dinamismo de su actividad y los mercados en los que actúan, requieren más líderes que gerentes.

Por ejemplo, considerando una empresa con dueño único, que creció sustancialmente por la capacidad de su propietario de encontrar un nicho de mercado interesante; es probable que durante el crecimiento explosivo, haya requerido apuntalar el liderazgo del dueño original, con gerentes capaces de estructurar adecuadamente las áreas financieras, de recursos humanos, tecnología y hasta de relaciones institucionales. Estos gerentes actúan como contrapeso respecto al dueño, que podrá considerarse un visionario o líder, pero que probablemente requiera de ejecutivos que bajen los sueños a planes estratégicos y operativos.
La mayor parte de las empresas tecnológicas viven un dinamismo tan drástico, que no pueden depender de una única persona, y que aún si existiera en esa persona la capacidad suficiente, en un ambiente de cambio rápido se necesitará que los empleados entiendan la naturaleza del cambio sin que alguien tenga que explicarlo. La tarea de visionar el futuro, comunicarlo e inspirar a las personas es tarea de líderes. Si una empresa está requiriendo contratar gente para sostener su ritmo de crecimiento, la primera recomendación es contratar y desarrollar líderes.
Las empresas tecnológicas soportan muchas menos interdependencias que otro tipo de compañías. En algunas empresas es normal que los empleados deban consultar a media docena de departamentos y tres niveles jerárquicos, pero en una empresa tecnológica esta práctica representa un suicidio.
Si en una empresa, un empleado tiene que pedir permiso a más de tres personas para hacer algo, es probable que ya esté sufriendo y esto esté repercutiendo directamente en los resultados. Esto no es un tema de análisis cuando las compañías nacen: ya que se maneja todo con cierta informalidad, y las organizaciones crecen a pesar de tener pocos controles, asumiendo riesgos que solo son tolerables para empresas pequeñas.
Pero también es muy común que llegado cierto tamaño de empresa, crezcan los controles e interdependencias entre departamentos.
Para esto es importante elaborar sistemas de información relevante que permitan medir resultados. Esto es un problema mucho más frecuente en compañías de tecnología, con su natural orientación a procesos, que en el resto de las compañías. Es más común que en una organización en crecimiento haya falencias en mediciones de todo tipo, en tanto que en las de tecnología lo que suele ocurrir es que se mide, pero no se mide lo relevante.
Todas las compañías enfrentan retos en su crecimiento, pero las compañías tecnológicas afrontan algunos desafíos que hacen que buena parte de las recomendaciones que se pueden hacer a una empresa tradicional no apliquen. Evitar la tentación de caer en estructuras rígidas, contar con líderes y buenos comunicadores, establecer sistemas de medición simples pero efectivos, son algunos componentes que en estas industrias son de extrema importancia.