Mujeres jóvenes, las mayores dolientes de la crisis económica desatada por la pandemia

Si bien la crisis económica generada por la pandemia del Covid-19 ha tenido un efecto negativo en el empleo nacional, su impacto ha sido devastador para la juventud y, en especial, para las mujeres jóvenes del país, según una investigación dada a conocer hoy por la ONG Cuso International y apoyada por el Gobierno de Canadá.

Con base en datos de la Gran Encuesta Integrada (GEIH) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), Cuso International analizó la situación laboral de la juventud urbana en Colombia, con énfasis en los 7.120.000 de personas jóvenes urbanas de estratos bajos.

A partir de este análisis, la ONG de desarrollo advierte que las mujeres jóvenes han sido las más perjudicadas en esta época: en 2020 el 34% de ellas estaba desempleada, mientras que un año antes ese porcentaje era menor en 11 puntos porcentuales (23%).

En estos tiempos de pandemia también se han ampliado las brechas de género, pues la tasa de desempleo de las mujeres jóvenes es mayor en 15 puntos porcentuales que la de los hombres jóvenes a 2020, cuando en el 2019 la diferencia era de nueve puntos.

Colombia no es un caso aislado en la región. Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) confirmó que producto de la pandemia del Covid-19, los avances logrados en ocupación y condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe retrocedieron más de una década.*

El estudio de Cuso International también arroja luz sobre el deterioro de las condiciones laborales de la juventud pobre. Cerca del 42% de desocupados/as de estratos 1 y 2 declara haber perdido el trabajo o la fuente de ingresos a causa de la pandemia. Adicionalmente, 32% declara la imposibilidad de buscar o iniciar un negocio.

“La desafiante coyuntura económica actual ha afectado a las personas jóvenes pobres de las ciudades, quienes tienen las mayores dificultades para ingresar al mercado laboral y, al mismo tiempo, son las primeras que pierden sus trabajos en las crisis”, dice Alejandro Matos, Director de Cuso International en Colombia.

Para que los efectos negativos de la crisis económica no se acentúen más, Cuso International recomienda que una eventual ampliación del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF) incluya beneficios específicos para empleados/as jóvenes, de manera similar a los establecidos para las mujeres. En otras palabras, que se tomen medidas diferenciales de inclusión laboral para la juventud.

Reducción de ingresos en los últimos años

Aunque la crisis económica del Covid-19 aceleró la situación laboral desfavorable de la juventud urbana pobre, en realidad la precariedad laboral de esta población se mantuvo en niveles altos en los últimos tres años.

La tasa de desempleo de aquellos/as de estrato 1 pasó de 19% en 2017 a 26% en 2020 (III trimestre), mientras que la de los de estrato 2 pasó de 18% en 2017 a 28% en el año pasado. En otras palabras, en este último caso aumentó casi 10 puntos porcentuales.

Adicionalmente, algunos han vivido una reducción de los recursos percibidos para sobrevivir. Mientras en 2017 el 35% de las personas jóvenes asalariadas de estratos bajos ganaban menos de un salario mínimo, este indicador ha subido hasta el 44% a 2020. Lo mismo sucede con las personas jóvenes independientes: en 2017 el 67% ganaba menos de un salario mínimo, mientras que este indicador se ha incrementado hasta el 77% a 2020.

Frente al empleo juvenil según sectores económicos, se destaca la reducción del peso de la rama de servicios comunales, sociales y personales para las mujeres en general y, en particular, para las jóvenes de estrato más bajo. En este sector están incluidos los renglones de la educación, salud, esparcimiento, servicios culturales, servicios de limpieza prestado a las personas y hogares; servicio doméstico, entre otros. Esta rama pasó de representar 31 de cada 100 puestos de trabajo en 2017 a 24 en 2020.

Debido a que la precariedad laboral de las y los jóvenes de estratos 1 y 2 se ha mantenido en niveles altos en años recientes, Cuso International recomienda que se ataquen las causas estructurales de este problema mediante la formulación de políticas y programas locales que reduzcan y desincentiven el trabajo precario en ciudades pequeñas y en aquellas con alta proporción de la población en este rango de edad.