Mipymes más rentables, si se formalizan

Muchos microempresarios se resisten a entrar en la honda de la formalización, pues la ven como un aspecto negativo para el futuro de su empresa. Lo primero que se les pasa por la cabeza, es que estar formalizados es una condena para pagar impuestos y prestaciones sociales a sus trabajadores, lo que baja la rentabilidad de su negocio.

Pero mirando más allá, lo que ofrece la formalización es una oportunidad para conquistar nuevos negocios, nuevos clientes, mejores niveles de rentabilidad y mantener la permanencia competitiva a través del tiempo. Según estudios realizados, los beneficios de pertenecer a la economía formal se traducen en un mayor volumen de ventas, al hacer a la empresa más visible ante el mercado local, incluyendo licitaciones con el sector público, y ante el mercado extranjero, donde sin duda los tratados de libre comercio vigentes con diferentes destinos, traen verdaderas oportunidades. A esos destinos pueden llegar diferentes productos de las Mipyme colombianas entre los que se cuentan: frutas, hortalizas, lácteos, flores, galletería y cacao, textiles y confecciones, cueros y manufacturas, entre muchos otros. Cuando una Mipyme formalizada logra convertirse en exportadora, la disminución de aranceles reduce los costos de producción.

Adicionalmente, existen unos incentivos que quedaron definidos en la Ley de formalización y generación de empleo promovida por el Gobierno Nacional, entre los que se incluyen importantes apoyos fiscales a las microempresas que se formalicen. Por ejemplo, la Ley incluye una progresividad en el cobro del impuesto de renta, de parafiscales, de impuestos de industria y comercio, así como en la matricula mercantil y su renovación.

Otro factor positivo de la formalización es la bancarización y por consiguiente el acceso al crédito financiero, lo que permite abandonar definitivamente el crédito con los llamados agiotistas. Además, estar en el mundo de la formalidad le evitará a las Mipyme riesgos de posibles sanciones por parte de la Dian o demandas laborales que podrían terminar con el futuro de la microempresa.

La Universidad de los Andes realizó un estudio en el que se hizo la proyección durante 10 años de los estados financieros de una microempresa en la informalidad, y los comparó con otra que opta por la formalización. La conclusión fue que al finalizar el periodo los niveles de utilidad neta para la empresa formalizada se multiplicaron por cuatro, sus activos resultaron ser el doble de los de la empresa informal, dados los mejores excedentes de caja. Además, la rentabilidad para los propietarios será del 22% frente al 15% de la informal.

Queda demostrado que ser formal tiene muchas ventajas, aunque el Estado debe trabajar en la creación de mayores incentivos que permitan motivar más a los pequeños empresarios y emprendedores para que salgan de la informalidad.