Los riesgos financieros no se estandarizan, pero están sujetos a las NIIF

Hablar de riesgo es hablar de una serie de características que, dependiendo de la actividad de una empresa y su público objetivo, permiten reconocer su naturaleza y el alcance del mismo.

En el caso de las empresas de servicios públicos y el sector real, el estudio de riesgo debe hacerse con la información que cada entidad posee, en especial la que se desprende de los instrumentos financieros (líneas de crédito, acuerdos de préstamo, compromisos financieros, garantías, etc.), para que posteriormente la organización reconozca su nivel de exposición, políticas y procesos de gestión, así como los métodos a utilizar para medir el riesgo. Sin embargo, también es fundamental evaluar los productos propios que, aunque no son totalmente de naturaleza financiera, pero que por sus características presentan niveles de riesgo.

En respuesta a lo anterior, a nivel mundial existen normas para que la información se presente de forma más sencilla y entendible para las compañías, el Estado y en general para las personas interesadas. La publicación de esta documentación ofrece respaldo y confianza, se habla entonces de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF).

En Colombia para el ya mencionado sector y empresas, aplica la Norma Internacional de Contabilidad N° 39 (NIC39) que establece los principios contables para el reconocimiento y valoración de los activos y pasivos financieros. Se debe tener en cuenta que el objetivo principal de la normatividad es dar a conocer en fechas específicas esta información, y para este paso se aplica la NIC32 que dispone la presentación y la clase de información a revelar.

A propósito del tipo de datos a revelar, la cualificación en este momento no es tenida en cuenta, es decir, la documentación que se entrega a las Súper Intendencias, sólo son cifras que no son analizadas para conocer como es el funcionamiento de las compañías.

Según Ximena Flórez, Senior Partner de LiSim, es necesario reconocer y evaluar la pérdida incurrida de acuerdo a lo establecido en NIC39 a través de metodologías que determinen el deterioro de los activos con la información histórica de las empresas. A futuro, una vez se reglamente la manera en que NIIF aplique en nuestra normativa contable, será necesario migrar a metodologías de pérdida esperada, por lo cual la disciplina en la organización y análisis de las bases de datos propias es un aspecto clave en estos procesos.

Por esto, empresas especializadas en la creación de modelos estadísticos para la obtención y gestión inteligente de la información como LiSim, toman datos cualitativos y cuantitativos, que permiten clasificar de forma integral las contingencias financieras relacionadas con el riesgo de crédito. Lo que se traduce en mejores prácticas que benefician los procesos de cartera y provisión, aminorando las suposiciones y dando como resultado una presentación de informes de riesgo confiable y transparente, para los entes reguladores y para la empresa, asertividad en las decisiones estratégicas.