LOS RETOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL RESPONSABLE

La Inteligencia Artificial (IA) se ha puesto en boga por sus grandes aportes a los diferentes sectores de la economía para solucionar problemas de las organizaciones y atender muchas de las necesidades de los consumidores. Sin embargo, esto impone grandes retos, especialmente éticos, que vale la pena tener en cuenta durante los años venideros.

Para David Ricardo Montero, Technical Architect en Prodigious Latin America, cuando hablamos de IA podemos relacionarlo directamente con máquinas que exhiben rasgos de la mente humana como aprendizaje, automatización de procesos y resolución de problemas. Su objetivo es simular cierta ‘inteligencia’ en máquinas programadas para pensar como humanos e imitar sus acciones. Les mostramos cómo resolver situaciones siguiendo patrones específicos o mediante algoritmos, y ellas absorben toda esa información que se les entrega.

Los resultados obtenidos por una IA dependen del objetivo para la que fue diseñada y de los datos utilizados. Por esto, si la data suministrada tiene un sesgo o un problema, esta podría llegar a conclusiones inesperadas o incorrectas. A la máquina debe indicársele claramente el conjunto de reglas a seguir para que pueda determinar qué es correcto o esperable y qué está mal. Es ahí donde radica el control que debemos mantener como seres humanos, y que no puede ser obviado.

Inteligencia artificial

Encontramos inteligencia artificial en herramientas de uso diario que facilitan el reconocimiento de voz, facial, huella dactilar, imágenes, etiquetas en las fotos y escaneos e incluso, chatbots capaces de solucionar las dudas de un banco o entidad, eliminando la necesidad de llamadas y reduciendo tiempos en procesos de las organizaciones.

Según el experto, en este punto, y viendo el creciente uso de soluciones cada día más complejas y autónomas es importante hablar sobre la inteligencia artificial responsable, el papel de la academia, de las organizaciones y la regulación para la misma en un futuro cercano:

Podemos acuñar el término inteligencia artificial responsable a la ética o código de valores asociados con esta tecnología. A saber, todo resultado de la máquina es producto de la información y de las indicaciones que le suministra el ser humano. Pero, además se deben establecer límites y reglas, especialmente en la toma de decisiones, para que esta pueda afrontar dilemas complejos.

Responsabilidad

La Inteligencia Artificial responsable exige ingresar información sin sesgos. Pensemos en un vehículo autónomo: este se alimenta de los datos que indican la ruta y el lugar de destino, pero además las normas viales. Esa es la clave, conocer lo que se tiene, para dónde queremos llegar y cuál es nuestro código de reglas.

Otro reto que exige la IA es el papel de la Academia en la formación del talento TI. Aunque nuestra ética y reglas morales se empiezan a aprender desde casa, indudablemente se requiere el refuerzo desde la Academia. Además de programación y tecnología avanzada, este valor debe ser uno de los fundamentos de los pénsum, tanto en las universidades como de los institutos y/u organizaciones dedicadas a formar a los expertos de este sector. Sin duda, la ética combinada con la experiencia serán los atributos en los servicios de TI para la región y para el mundo.

Para concluir, la Inteligencia Artificial requiere ser responsable, con normas claras y con la intervención asertiva de múltiples actores como la academia, la empresa y los colaboradores, que actúen éticamente con el manejo de la información y la creación de los algoritmos. Los seres humanos somos responsables de los resultados de las máquinas.