La lucha de las Pyme avícolas
Son varios los problemas que ha tenido que enfrentar el sector avícola durante los últimos años. Por una parte, los productores sufrieron las olas invernales de 2010 y 2011, pero también han tenido que superar las enfermedades de los animales, los efectos del contrabando y los problemas con la devolución de IVA.
Solo por cuenta del contrabando, esta industria pierde $90.000 millones al año, un duro golpe para una industria que factura cerca de $8,5 billones y produce 1â??300.000 toneladas de pollo y cerca de 12.000 millones de huevos.
Los empresarios del sector se han unido para advertir al consumidor sobre los perjuicios y peligros de comer pollo de contrabando y en malas condiciones sanitarias, pero faltan controles efectivos de parte de las autoridades aduaneras para controlar los pasos de frontera.
Según Fedegan, 1.500 toneladas de pollo entran al mes desde Venezuela y dos millones de huevos ingresan desde ese país y Ecuador. Este contrabando más o menos equivale a unos $90.000 millones al año. El contrabando de pollo vale $88.000 millones y ese es un producto que se queda en Cúcuta y en los municipios aledaños a la frontera. El 45% del pollo que se come en Cúcuta es de contrabando.
Un punto a favor es que los precios de las materias primas para el sector han permanecido estables. Eso ha ayudado a compensar los costos de producción. Otro aspecto a destacar es que el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos ha permitido que el maíz amarillo ingrese a Colombia sin arancel, lo que beneficia a la industria.
En cuanto a los efectos del TLC, las importaciones de Estados Unidos son apenas el 4% del consumo que tiene Colombia, y la cuota de importación para los famosos cuartos traseros que contempla el tratado, ha tenido una baja utilización. Si bien se han subastado cantidades cercanas a las 8.000 toneladas, el ingreso efectivo de carne de pollo ha sido menor.
Adicionalmente, más de 120 empresas avícolas del país están en suspenso por la propuesta de reforma tributaria que está tramitándose en el Congreso, ya que la carga de impuestos que tendría que asumir el sector sería mayor al 50%.
Por otra parte, el impuesto al patrimonio contemplado en la reforma, pueden llegar a representar unos $80.000 millones que tendrían que pagar los empresarios del sector. Una carga que no tiene ningún otro sector el agro. Por eso desde ya el impuesto al patrimonio se considera inequitativo.
Lo que preocupa al sector es que las empresas avícolas deben pagar impuestos prediales, de industria y comercio, renta (no hay incentivos ni tasas diferenciales), y al sumar todo esto, la tasa de tributación está por encima del 50%.
Por último, el proceso de devolución del IVA ha obligado a que las empresas tengan que someterse a un escrutinio de la DIAN muy engorroso. Esas devoluciones se retrasan y en un año pueden rondar los $280.000 millones. Los empresarios han tenido que soportar demoras con el retorno de IVA de 2013 y del primer semestre de 2014.