La altillanura no es clara para las Pyme

Desde hace varios años se viene hablando del fortalecimiento de la altillanura colombiana, para ser ella un sector altamente productor de alimentos, no solo para el consumo interno, sino para la exportación. Eso le ha interesado a muchas Pyme agrícolas que podrían encontrar en esta región importantes oportunidades de negocio. Ya se habían dado los primeros pasos para despegar el desarrollo de la altillanura, pero debido a la inestabilidad jurídica y falta de reglas claras se fueron esfumando las inversiones en la región.

Varios empresarios, por ejemplo el Grupo Santodomingo, han declinado de proyectos que tenían pensados realizar en esta zona del país. La reactivación de las inversiones y lo que suceda en esta extensa región, que es de vital importancia como despensa agrícola, tanto para el país como para el mundo, depende de la política de tierras que defina el gobierno nacional.

Es de destacar que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mundo necesita incorporar 3,75 millones de nuevas hectáreas por año de aquí hasta el 2030, si se quiere atender la mayor demanda de alimentos. La altillanura colombiana, es una de las regiones donde están puestas las esperanzas.

Pero además información de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), muestra que en el país, de los 22 millones de hectáreas que son consideradas aptas para el desarrollo agrícola y agroindustrial, solo se está utilizando productivamente cerca del 24%. Mientras que en países como Estados Unidos y en la Unión Europea utilizan el 97% de sus tierras aptas para la agricultura.

El Congreso de la República actualmente estudia el proyecto de ley de baldíos que plantea Zonas de Interés de Desarrollo Económico y Social donde se incentivarán los proyectos asociativos entre empresas gestoras y campesinos.

Para los empresarios del sector, a través de este proyecto de ley se pueda resolver la mayor preocupación sobre el tema de la incertidumbre jurídica sobre la propiedad de tierra por las diversas interpretaciones que se han generado de la Ley 160 de 1994, con las cuales se ha generado un limbo jurídico que es necesario definir pronto.

El nuevo proyecto tiene a favor que reconoce la diversidad de regiones colombianas y que cada una requiere un desarrollo diferente, sin embargo preocupa que el articulado no se desarrolle acorde con las realidades y necesidades de cada una de las zonas del país, sino de igual manera para todos.

Es importante que el gobierno legisle de acuerdo con las necesidades y características de cada región. La altillanura es una extensión muy grande sin infraestructura, ni vías, ni servicios públicos, tiene dificultades en cuanto a la fertilidad de la tierra, la cual necesita insumos que deben traerse y lograr una buena producción es muy costoso. Aunque se está hablando de una extensión de tierra muy grande, hay que invertirle mucho dinero para sacar una producción. Para los empresarios interesados en la región, se necesita más investigación para poder desarrollar la productividad y aclaración jurídica.