
FINCA RAÍZ: UNA FORMA DE PROTEGERSE FRENTE A LA INFLACIÓN Y LA DEVALUACIÓN
Columna de Juan Eduardo Contreras, Country Manager Houm Colombia.
El costo de vida en toda la región está disparado, y eso tiene consecuencias directas en el bolsillo de todos los latinoamericanos. En buena medida, esta coyuntura se explica por el aumento de precio del dólar, lo que devalúa las monedas locales y encarece muchos insumos — entre ellos, los materiales de construcción.
Otra implicación de la subida de la inflación es que los bancos centrales tienden a aumentar las tasas de interés con el objetivo de intentar reducirla, lo que tiene como consecuencia que se encarece el costo del crédito y menos personas están dispuestas a comprar vivienda.
Sin embargo, esta coyuntura también ofrece oportunidades para los actuales propietarios de finca raíz. Por una parte, el encarecimiento de los insumos aumenta la demanda por viviendas usadas; y por otro lado, la devaluación de las monedas locales abre oportunidades interesantes de inversión a las diásporas de los países latinoamericanos.
Para quienes están vendiendo una propiedad, se vuelve muy importante optimizar el mercadeo de su inmueble: lograr que los posibles compradores, sin importar dónde vivan, puedan conocer el inmueble y evaluar su inversión por medio de plataformas tecnológicas que faciliten la interacción, la toma de decisión, y los trámites para llevarlo a cabo.
De esa manera, podrán llegar al segmento del mercado que tiene una especie de ‘bonanza’: las diásporas que, con sus ahorros en moneda fuerte, tienen una oportunidad inédita de comprar propiedades y no pueden acudir a los canales presenciales y tradicionales para hacerlo.
Tener un apartamento para arrendar sigue siendo una forma relativamente segura de obtener ingresos: las condiciones para solicitar créditos hipotecarios están más exigentes, las tasas están más altas y se pide mayor número de documentos, por lo que la demanda por comprar se traspasa al arriendo.
Y aunque esta subida del precio de los arriendos es una oportunidad, se corre el riesgo de que, en medio del deterioro general de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, sea más difícil conseguir quién ocupe un apartamento. En esos casos aun así existen maneras de preservar esa inversión —que muchas veces hace la diferencia en las finanzas de una familia en tiempos difíciles— por medio de productos crediticios.
Un producto como el Adelanto de Arriendo de Houm, que le permite al arrendatario recibir hasta seis meses de renta en forma de un crédito, puede ser la solución para esta clase de casos.
Además, Houm ofrece otras opciones que pueden ser invaluables para protegerse en medio de un clima de incertidumbre. Los propietarios de viviendas en arriendo pueden contar con seguros contra daños e imagos, igual que con protecciones legales en caso de diferentes contingencias.
De todos modos, en medio de esta coyuntura cabe insistir en que la finca raíz sigue siendo una inversión muy estable en el largo plazo, cuyo valor en el tiempo se mantiene constante más allá de la alta inflación, coyunturas políticas o recesiones económicas. Contar con un aliado para gestionar las situaciones más complicadas ayuda a que los propietarios no pierdan la perspectiva y tomen malas decisiones.
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