Fibras naturales serán la cara de la industria de la construcción y el corazón del diseño automotor

¿Hay la posibilidad de que exista un material que pueda remplazar a aquellos eternos en su degradación como el plástico o la fibra de vidrio? Los techos interiores, las divisiones de paredes, las mesas, las bibliotecas, los mobiliarios de jardines, las barandas, los marcos de ventanas, los pisos y otro sinnúmero de productos para la industria automotriz, entre otros, serán los protagonistas en un futuro cercano porque su construcción partirá de un nuevo material laminado biodegradable, de aspecto altamente estético y con propiedades mecánicas llamativas, inventado por tres ingenieros que utilizaron un polímero extraído del maíz y los unieron a unas fibras naturales obtenidas de la palma cuyo nombre científico es Manicaria Saccifera comúnmente llamada Cabecinegro, nativa de la región pacífica colombiana.

 

Esta nueva patente amparada bajo el proyecto denominado “Bio-laminados de fibra natural colombiana” es una iniciativa de investigación apoyada por Colciencias. La investigación fue realizada por los ingenieros Alicia Porras Holguín, Alejandro Marañón León, profesores de los departamentos de Ingeniería Química e Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes, y Camilo Hernández Acevedo, ingeniero mecánico y profesor de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

 

Este novedoso material biodegradable se perfila como alternativa para contrarrestar el uso de polímeros tradicionales que comúnmente se encuentran en piezas para automóviles y materiales para construcción como la fibra de vidrio, y diversos plásticos cuya vida útil en operación puede ser similar a la del nuevo laminado, pero su degradación después de llevar a disposición los distancia por cientos de años.

 

Según la ingeniera Alicia Porras, estos bio-laminados son elaborados a partir de una mezcla compuesta por; primero, la fibra natural obtenida de la Palma Cabecinegro que tiene presencia especialmente en zonas inundables en el departamento del Chocó y segundo, el Ácido Poli-láctico (PLA), un polímero derivado de la fermentación del maíz, que no proviene de fuentes petroquímicas lo que lo hace totalmente sostenible y renovable.

 

Y es precisamente esta la principal característica de la innovación, ya que, aunque los dos componentes poseen buenas características mecánicas, al momento de llevarlos a un relleno sanitario tardarían máximo 8 meses en iniciar su degradación, a diferencia de otros compuestos o polímeros que tardarían cientos de años en desaparecer.

 

Para el ingeniero Alejandro Marañón, esta innovación ahora patentada, tiene la posibilidad de abrir el panorama sobre los materiales que hoy en día se pueden utilizar en la elaboración de diversos objetos. “Hemos logrado evidenciar que este compuesto tendría aplicabilidad en la elaboración de piezas de autos, construcción de elementos mobiliarios, utensilios deportivos como raquetas, tablas de surf, marcos de bicicletas, entre muchos otros. Esto solo depende de la creatividad de las personas”

 

Fuente: Oficina de Prensa – Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito