
En primer semestre 656 empresas entraron en proceso de insolvencia
En el primer semestre del año la Superintendencia de Sociedades recibió 656 solicitudes de Insolvencia, tanto de empresas como de personas naturales, según reporte entregado por la entidad.
Del total de solicitudes 443 fueron en Bogotá y 213 en las regionales ubicadas en Medellín, Cali, Manizales, Cartagena, Barranquilla y Bucaramanga.
En el caso de Bogotá, de las 443 solicitudes se admitieron 111, se inadmitieron 98 y 234 se encuentran en estudio. En las regionales se admitieron 47, se inadmitieron 71, 88 continúan en estudio y 7 fueron desistidas.
Lo que se puede apreciar es que la Superintendencia de Sociedades tiene a su cargo un total de 32,8 billones de pesos en activos y 29,4 billones de pesos en pasivos, lo cual hace que su labor sea de la máxima trascendencia para el orden público económico nacional, señaló el Superintendente de Sociedades, Juan Pablo Liévano Vegalara.
De acuerdo con el funcionario, la capacidad institucional de la Superintendencia en asuntos de insolvencia está desbordada, conforme a que aumentan las solicitudes pero la planta de personal se mantiene igual desde el año 2012.
Por ello, dijo, “esta administración solicitó al Ministerio de Hacienda y Crédito Público y al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que, sin incrementar la contribución y presupuesto de la Entidad, se haga un ajuste a las partidas del presupuesto para el año 2020 y siguientes, a afectos de contar con más recursos en tecnología y funcionarios. Con esto, se podrá atender el volumen creciente de solicitudes de admisión en el corto plazo, sin perjuicio de la reestructuración o reforma estructural de la Superintendencia de Sociedades que se planteará y presentará en el año 2020”.
Recordó que el trabajo misional de la Superintendencia en asuntos de insolvencia es servir como escenario y juez del concurso para la correcta gestión de los activos y los pasivos, activos que deben gestionarse adecuadamente por parte del empresario, con el apoyo del promotor, para generar y agregar valor, con el fin de pagar las deudas y continuar con la empresa social viable, o liquidarse, en caso de inviabilidad de la empresa social, para pagar el pasivo y reincorporar los activos rápidamente al torrente económico.
De igual manera planteó que se requiere un cambio legislativo y cultural en los procedimientos de insolvencia. “Se requiere repensar las instituciones, con una serie de medidas que contribuyan al mejoramiento de lo que llamo el “ecosistema de rescate empresarial” y el “ecosistema de maximización del activo”.