
Emprendimiento paisa le hace el quite al mal del gota gota
En el momento en el que dos o más personas deciden unirse para desarrollar un emprendimiento, nacen miles de ideas y proyecciones que después se consolidan en diferentes iniciativas. Algunas quedan plasmadas en el papel y otras logran ejecutarse generando grandes aportes para la sociedad, y este es precisamente el caso de RapiCredit, una de la principales soluciones fintech colombianas en la categoría de préstamos por internet que hoy cumple media década.
Daniel A. Materón, actual CEO de la empresa, junto con Juan Esteban Saldarriaga, Cofundador de la misma, tienen la plena seguridad de que los cambios se producen cuando los actores del ecosistema se integran para llevarle diferentes soluciones a los ciudadanos, generando la inclusión financiera que se requiere para su desarrollo social. Por eso, y después de muchas investigaciones, se dieron cuenta que, aunque Colombia es un país que avanza rápidamente en temas digitales, las poblaciones de estratos dos y tres no pueden acceder fácilmente a los créditos para comprar vivienda, pagar sus electrodomésticos, viajar o, incluso, hacer mercado, y mucho menos para resolver sus situaciones de emergencia; y, en cambio, deben acudir a los famosos gota a gota o prestamistas independientes, quienes les prestan cierta cantidad de dinero de manera rápida, bajo el compromiso de devolverla en cómodas cuotas, pero con intereses altísimos que los atrapan y los hacen impagables.
Bajo este escenario, y sacando a relucir su espíritu guerrero y luchador, en 2013 estos dos antioqueños empezaron a pensar en la forma en la que podían ayudar al pueblo colombiano a solucionar esta problemática para que, sin distinción, y basados en modelos exitosos ya aplicados en estratos similares de países europeos, africanos y de toda América, lograran suplir sus necesidades diarias utilizando créditos de urgencia. “Ese año decidimos poner en práctica toda nuestra experiencia empresarial y conocimiento en el sector financiero y crear un proyecto que tuviera impacto social en la población de los estratos 2, 3 y 4. Éramos y seguimos siendo conscientes de las problemáticas que este grupo tiene al momento de querer vincularse a la banca tradicional y solicitar préstamos para cumplir sus sueños”, asegura Materón.
A finales de ese mismo año, la plataforma estaba casi terminada y para enero de 2014, Materón, quien residía desde antes en la ciudad de Bogotá, empezó a trabajar en una pequeña oficina ubicada en el barrio Chapinero. Entre tanto, Juan Esteban seguía en Medellín al frente de todo el desarrollo tecnológico para dar apertura a RapiCredit en abril de ese año. “Comenzamos con muchos interrogantes y dudas por resolver, pero siempre con la seguridad de seguir adelante”, asegura.
Daniel y Juan Esteban desde un comienzo establecieron tres pilares que debían cumplir para que RapiCredit tuviera el éxito y el crecimiento que actualmente tiene: Apego a lo legal, una organización que ofrecía un producto desde la necesidad de las personas y una experiencia extraordinaria para los clientes. Es por esto que desde hace cinco años los colombianos han puesto su confianza en este modelo de negocio que se ha convertido en su mejor aliado, porque además de llevar soluciones financieras que generan inclusión a los colombianos, permite -a través de una plataforma segura y moderna- seguir construyendo nuevas soluciones.
Con estas ideas, estos empresarios antioqueños, lograron tener una compañía legalmente estructurada con una plataforma funcional y con un algoritmo de decisión funcional. Después de 5 años han otorgado más de 400 mil créditos y han desembolsado más de 100 mil millones de pesos en créditos. “El mismo día que lanzamos RapiCredit tuvimos nuestros primeros clientes y tan solo en el primer mes habíamos concedido 1036 créditos. Fue un momento especial, porque todos los días tramitábamos de 30 a 40 créditos -lo que hoy pasa en en segundo- y así empezamos a entender que sí podíamos estar cerca de lo que siempre soñamos, logrando con RapiCredit resolver las necesidades de créditos de urgencias de muchos colombianos”, agrega el CEO.
Los primeros meses fueron claves para Daniel y Juan Esteban, pues además de comenzar a crecer con su idea, fueron conociendo la población, se acercaron a ellos y entendieron las razones por las que solicitaban este tipo de créditos y en qué los usaban. Visitaron los barrios de Medellín y Bogotá, hablaron con las personas que solicitaban los créditos, conocieron cómo el modelo de los créditos informales habían penetrado en sus barrios y ciudades y entendieron que RapiCredit sería el camino social más poderoso para lograr la inclusión financiera y el desarrollo social que produce el crédito.
“El camino a recorrer era largo, pero fascinante. Debíamos pensar en muchos detalles, qué tipo de celulares usaban nuestros clientes, qué planes de datos tenían, el tamaño de las pantallas de los dispositivos, si tenían o no computadoras en sus casas o trabajos, a qué hora solicitarían los créditos, para qué los requerían, en fin, todo lo que nos enseñara sobre cómo seguir construyendo RapiCredit para ellos”, indica Juan Esteban y Daniel. La educación financiera era clave y el valor de cumplir con el compromiso de pago debían ser enseñado a la población. A cambio de esto, los dos emprendedores lograban que sus clientes hicieran la historia crediticia que no tenían, para poder seguir en el proceso de inclusión financiera propuesto.
“Éramos los pioneros en Colombia en esta modalidad, lo que hacía la tarea más difícil, pues en el país hay mucho por entender, la inclusión financiera con un solo producto (las cuentas de ahorro) es del 81%. Pero sobre el crédito las cifras son diferentes, ya que estos permiten que las sociedades se desarrollen y crezcan. Ahí llegamos nosotros, una organización que tiene en su grupo de emprendedores un equipo de trabajo de altísima calidad que los acompaña y que expresa una gran sensibilidad social pues a diario se imaginan un mundo diferente”, concluye.
El crecimiento que ha tenido RapiCredit en estos cinco años se ha duplicado año tras año. Entre abril y diciembre de 2014 hicieron 1.512 créditos; de enero a diciembre de 2015 el total fue de 9.150 créditos; en 2016 fueron 31 mil; en 2017 llegaron a 78 mil y en 2018 el número se acercó a los 120 mil.
Para finales de 2019 la proyección esperada redondea los 300 mil créditos, pues la compañía sigue en constante proceso de investigación y desarrollo para estructurar y lanzar productos financieros de crédito orientados al público colombiano con la finalidad de facilitar y mejorar la experiencia de consumo y así suplir las necesidades de la población que antes no contaba con atención directa en crédito.