Emisor no contempla intervención para frenar el alza del dólar

(Bloomberg).- El Banco de la República no está contemplando ninguna medida de intervención cambiaria para aliviar la depreciación del peso, a pesar de que la moneda cayó a un mínimo histórico a principios de esta semana, según un miembro del comité de política monetaria.

El peso ha perdido 7,5% en los últimos tres meses, convirtiéndose así en la moneda con peor desempeño entre los mercados emergentes después del peso argentino, en medio de la desaceleración del crecimiento mundial, los débiles precios del petróleo y el carbón y preocupaciones de los inversionistas por el amplio déficit de cuenta corriente del país.

El miércoles, superó el extremo superior del rango entre 3.300 y 3.500 pesos por dólar que el gerente del Banco de la Republica, Juan José Echavarría, ha considerado “cómodo”.

Lo preocupante seria que la depreciación de la moneda se transfiriera a los precios al consumidor, pero no hay señales de que esté sucediendo de manera significativa, indicó José Antonio Ocampo, codirector del banco central.

“No se está discutiendo ninguna medida de intervención cambiaria dentro de la junta”, dijo Ocampo en una entrevista.

Hasta ahora, “no hemos visto ningún efecto inflacionario, lo que no quiere decir que no pueda haberlo”.

Los comentarios de Ocampo hacen eco de los del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien dijo el miércoles que las autoridades monetarias de la nación deben estar listas para actuar si hay signos de traslado de los movimientos de la moneda a los precios al consumidor. Carrasquilla preside la junta del comité de política monetaria.

En agosto, la inflación anual se desaceleró por primera vez en seis meses a 3,75%, lo que alivia la preocupación de que los precios al consumidor pudieran sobrepasar el límite superior del rango meta entre 2% y 4%.

A pesar de la caída de la moneda, la inflación de los bienes transables es de solo 1,5%.

Se pronostica que la tasa de inflación anual, que se publicará este sábado, se mantendrá con pocos cambios en 3,76%.

El traslado de los movimientos de la moneda a los precios al consumidor es generalmente muy bajo en Colombia, dijo Ocampo, y agregó que una de las razones por las cuales la caída del peso no se ha traducido en inflación es que los importadores podrían estar reduciendo los precios para competir con productores locales.

Por ahora, al menos los inversionistas no tienen que preocuparse de que el Banco Central regrese a su programa de acumulación de reservas internacionales, que se detuvo en mayo por temor de que estuviera presionando la moneda a la baja.