
El trabajo en casa se sigue posicionando como una necesidad organizacional
Por Claudia Lorena Malaver Moreno, docente de la Escuela Colombiana de Rehabilitación
Es habitual que cuando pasamos de la comodidad a zonas de confort permanentes, que no permiten renovarse, la historia nos demuestra que es hora de generar espacios de evolución; como es el caso del paradigma laboral actual, requiriendo la dinamización de las corporaciones.
Vivimos un momento de transformaciones, en el que el departamento de recursos humanos pasa a ser más técnico, el departamento TIC más social y las maniobras corporativas más humanas: un vuelco total.
Las empresas se vieron obligadas a realizar el traslado de sus trabajadores de la oficina a sus hogares, situación que se ha venido incrementando considerablemente. La modalidad de teletrabajo en Colombia se había reglamentado únicamente para trabajadores con contratos específicos para esta particularidad; a través de la Ley 1221 de 2008, pero que con la emergencia sanitaria actual, requirió de una nueva mirada que permitiera pensar no solo en el Bien-Estar de los trabajadores sino que además contribuyera a mantener la productividad de las empresas que por tantos años se habían desempeñado desde la oficina tradicional.
Colombia inició el camino; ahora contamos con la aprobación de la ley 2088 del 12 de mayo de 2021 “por la cual se regula el trabajo en casa y se dictan otras disposiciones” lo anterior, dando cabida a las opciones que el mundo digital tiene para nosotros.
Según datos del Ministerio del Trabajo, en el 2020 en Colombia el trabajo en casa fue usado en 53% por mujeres y 43% por hombres. Las cinco ciudades con mayor número de teletrabajadores en el país son: Bogotá con 55.848, Medellín con 25.081, Cali con 5.723, Barranquilla con 4.713 y Cúcuta con 1.129, sin embargo, a pesar del aumento importante de esta modalidad de trabajo empresarial, se hace importante hacernos la pregunta si como país en vía de desarrollo, conocemos todas las opciones de trabajo en casa que permitan tener una mayor satisfacción laboral para nuestros trabajadores sin comprometer la productividad y la competitividad. Aquí listamos las más relevantes y apetecidas por los trabajadores:
- Modelo remoto: se muestra tras la filosofía de no cumplir un horario establecido ni ubicarnos en una oficina particular, de tal manera que pudiéramos encontrarnos al otro lado del mundo trabajando de la misma manera productiva que si estuviéramos en la oficina para la cual estamos contratados, lo anterior implicando desafíos de todo tipo, como generar la cultura del autocontrol, la disciplina, y la confianza, además de poder evaluar el desempeño a través del cumplimiento de metas, creación de indicadores y la realización de seguimiento por parte de áreas de la salud sobre condiciones del puesto de trabajo (fisioterapia, ergonomía), salud mental (psicología, fisioterapia, terapia ocupacional), condiciones en el marco de la seguridad e higiene industrial (trabajo interdisciplinar entre áreas de la salud, ingeniería y diseño industrial).
- Modelo híbrido: aquí el colaborador asiste a la oficina alternadamente, lo cual permite tener un mayor control por parte de los empleadores y se hace presente los diferentes niveles de interacción que se dan en la presencialidad.
- Modelo remoto plus: muy similar al anterior, este modelo conserva las características básicas del híbrido, pero los días de presencialidad se agrupan, por ejemplo, con una semana de trabajo en oficina y tres semanas en casa.
- Modelo Hub-and-Spoke: para quienes encuentran más difícil la transición al teletrabajo, especialmente por la necesidad de interactuar con otras personas o por los distractores que hay en los hogares, se ha empezado a adoptar masivamente este modelo, el cual consiste en tener una oficina central más pequeña y varias oficinas satélite en una ciudad o región específica. Así, se disminuyen costos, se ahorran tiempos de desplazamiento y con ello, se mejora la eficiencia y productividad de los colaboradores.
Como vemos, son múltiples las alternativas a las oficinas tradicionales, por lo que ahora las organizaciones tendrán la tarea de verificar la mejor opción para la totalidad de partes interesadas en los procesos productivos y de servicios a la hora de implementar estrategias de trabajo en casa, siempre pensando en el bienestar, la productividad y la inclusión.