Definidos los ganadores del Premio Planeta Azul en su 14 versión

En ceremonia llevaba a cabo en la Hacienda en El Bosque en la ciudad de Cali, el jurado del premio Planeta Azul, organizado por el Banco de Occidente, otorgó el primer puesto en la Categoría General y “Gran Premio Planeta Azul” al proyecto Campus Sostenible, presentado por la Universidad Autónoma de Occidente – Cali – Valle del Cauca.

 

Esta Universidad desde el año 2010 concibió el modelo de Campus Sostenible como un modelo de gestión ambiental corporativo, que busca disminuir los impactos ambientales que genera. Este proyecto contribuye con el fortalecimiento del territorio frente al cambio climático y ha logrado involucrar al grupo administrativo, académico y los estudiantes, integrando los principios, valores y prácticas del desarrollo sostenible en todos los aspectos de la educación. Hoy este modelo gracias al compromiso y las buenas prácticas implementadas ocupa el puesto número 47 a nivel mundial como la Universidad más sostenible, la tercera en Latinoamérica y la número uno en Colombia, según la clasificación de la Green Metric World  University Ranking.

 

Durante estos años sus esfuerzos se han dirigido a lograr la sostenibilidad del campus, promoviendo el desarrollo de competencias relacionadas con el desarrollo sostenible en sus estudiantes, con proyectos implementados en: ahorro y optimización del uso del agua; el desarrollo, adaptación e implementación de tecnologías para la recuperación de nutrientes, nitrógeno y fósforo del agua residual generada en el campus; acciones de mitigación y adaptación al cambio climático para reducir la huella de carbono; programa de jardinería orgánica; consumo sostenible de elementos de aseo; uso eficiente y racional de energía, campo en el cual fueron pioneros en la investigación e instalación de paneles solares en el año 2015, y la implementación de un sistema de gestión integral de residuos sólidos.

 

El programa de Campus Sostenible es un ejemplo para todas las universidades e instituciones educativas no sólo colombianas sino a nivel mundial, mediante el cual se demuestra, que si queremos ser parte de la solución, tenemos que empezar reconociendo que somos parte del problema y tenemos que liderar con ejemplo y demostrar de manera vivencial a la comunidad universitaria que la sostenibilidad no sólo es un concepto académico sino una manera de pensar y de actuar.

 

El segundo puesto en la Categoría General y “Placa de Reconocimiento” al Proyecto Manejo integral y participativo de la reserva natural Ecoparque de la Sabana, presentado por la Fundación Jaime Duque, Tocancipá – Cundinamarca. La importancia e impacto de este proyecto, radica en su ubicación: cerca de un polo de desarrollo industrial en las afueras de Bogotá, que ha inducido el cambio del uso del suelo en la zona, y desde 1983 se empeñó con sus actividades ambientales en proteger su espacio y el territorio que iban a recorrer los visitantes del Ecoparque.

 

Durante este tiempo, la Fundación ha implementado procesos para el cuidado y conservación del Ecoparque a través de diferentes frentes como: implementación de programas de producción más limpia, construcción y puesta en funcionamiento de una planta de tratamiento de agua potable para abastecer el parque, la recuperación de ecosistemas relacionados con el recurso hídrico, la protección de cuatro reservorios  que forman un sistema de humedal que hace parte de la reserva; la protección y recuperación de una mancha de bosque nativo. Por la protección del bosque y del humedal han regresado varias especies, algunas de las cuales están en vías de extinción. También resulta interesante el programa que desarrollan para establecer la conectividad ecológica entre Parque Chingaza  y la cuenca del rio de Bogotá.

 

Este proyecto involucra diferentes actores, lo cual  permite garantizar su continuidad como son los programas de Gestión Social y de Educación Ambiental tanto dentro del Parque como en las zonas de influencia; impulsa la participación social especialmente de la población de Tocancipá, vincula a los visitantes del parque generando y creando conciencia sobre el cuidado de los recursos, la  revegetaliación y mantenimiento especialmente de los humedales Jaime Duque y Arrieros, y estimula el trabajo de investigación permanentemente con universidades y empresas asociadas que hoy contribuyen y son parte importantes para el cuidado y conservación del Parque.

 

Un tercer puesto en la Categoría General y placa de reconocimiento, al proyecto  uso sostenible de las aguas lluvias y tratamiento de aguas residuales del jardín botánico del Quindío Armenia – Quindío. Este proyecto ha establecido un sistema de recolección de aguas lluvias muy novedoso a través de tuberías perforadas que recogen el agua y que por gravedad llega hasta los estanques donde se almacena para su utilización en diferentes usos. Adicionalmente, ha  implementado el ahorro y maximización del recurso agua, la conservación y la recuperación de cuencas hidrográficas, y el tratamiento de aguas residuales, logrando ahorros sustanciales en el consumo.

 

El área donde funciona el Jardín Botánico y un Mariposario, es un bosque natural de 15 hectáreas de bosque subandino en donde se conjugan actividades de protección y conservación del recurso hídrico, y que se ha convertido en un centro de investigación científica, de conservación ecológica y de educación ambiental. Además, en convenio con diferentes universidades y entidades educativas de la región se ha logrado que el Jardín sea hoy un lugar de referencia para el estudio de diferentes especies de fauna y flora. Los recorridos por sus bosques y  sus senderos, hacen de este espacio un lugar especial que genera gran impacto y compromiso de todos los que trabajan ahí. Este trabajo es un referente para la región, además de ser un proyecto replicable y ejemplo para otros Jardines Botánicos de nuestro país.

 

El Jurado reconoce la importancia de las Pequeñas y Medianas Empresas en la construcción de escenarios apropiados y en el desarrollo de programas y estrategias enfocadas al cuidado y conservación del agua, pero las invita a involucrarse más en los temas del cuidado del medio ambiente y particularmente en la utilización sostenible del agua. En esta Ocasión decide premiar de la siguiente forma:

 

Otorgar el primer puesto en la Categoría Pequeñas y Medianas Empresas y “Gran Premio Planeta Azul” al proyecto impacto de la tecnología en el aprovechamiento y ahorro de los recursos hídricos en la aplicación de insumos agroquímicos sobre cultivos. Agroprex – Innovación en Movimiento. Ibagué-Tolima.

 

Esta es una microempresa colombiana pionera en la fumigación con Drones, cuyo proyecto reúne tres elementos indispensables para la protección y conservación del recurso hídrico: reconversión tecnológica, transferencia de tecnología e innovación.

 

Estas 3 actividades con el uso de Drones para la aspersión de insumos agroquímicos, derivan en un ahorro de agua de más del 90% frente a la fumigación aérea tradicional. Para los procesos tradicionales de aspersión de agroquímicos (avioneta o aguilón) se requieren para 100 ha de arroz unos 64.000 litros de agua en un año, mientras con la utilización de Drones, para la misma mezcla de agroquímicos y para la misma cantidad de hectáreas, sólo se requieren 5.600 litros, es decir, únicamente el 8% del agua.

 

Adicional a lo  novedoso de esta la tecnología, al ser vehículos no tripulados se logra una mayor cobertura en amplias extensiones de tierra y en zonas complejas o de difícil acceso y mejora tanto la eficiencia como la calidad de las aplicaciones, reduce sustancialmente los costos y mejorar la rentabilidad de los cultivos, disminuye el impacto ambiental ya que la fumigación es dirigida solo a las matas y a muy baja altura, evitando la contaminación de las fuentes de agua y reduciendo los riesgos para la salud de los operarios en el sistema tradicional y a la comunidad.

 

Con el sistema de aspersión con los Drones se concentra una mezcla más pura del agroquímico, y de esta forma se garantiza que en cada 10 gotas asperjadas, mínimo 8 son del agroquímico, y solo 2 son de agua. Contrario a lo que sucede con las aplicaciones tradicionales ya que en la misma cantidad de agroquímicos se mezclarían una gran cantidad de agua. Esta microempresa es un ejemplo a seguir y contribuye de una manera importante y significativa con el ahorro del agua.