¿Cuándo empezar a ahorrar?

Las estadísticas son dramáticas: los colombianos nos acordamos de ahorrar más allá de los 40 años. Antes, el privilegio lo tienen los gastos, entre los que se cuentan la rumba, los paseos, la ropa de marca, el carro fantasioso, la tecnología de moda y el pago de intereses por abusos en las tarjetas de crédito.

Un estudio realizado hace dos años por skandia ahora OLDMUTUAL, que está en proceso de actualización, indica que en Colombia el ahorro empieza tarde. Lo más grave es que después de los 35 la fuerza laboral es considerada vieja y que las oportunidades de buenos cargos se van estrechando.

Pero la realidad es que, si bien se ha avanzado, aún falta una cultura de ahorro y por ello se ha iniciado una amplia campaña de educación financiera, cuyo epicentro es aprender a manejar los ingresos, racionalizar los gastos y estimular la inversión.

Es la única forma de garantizar la tranquilidad en el futuro, señalan los expertos. Y el principal consejo es empezar en familia, en la primera infancia. ?Es importante que los niños comiencen a manejar sus finanzas con responsabilidad?, afirma Sofía Macías, consultora financiera del Programa Consumo Inteligente de MasterCard.

La experta menciona cinco puntos relevantes para que los hijos tengan una adecuada educación financiera:

Dar buenos ejemplos cuando hablamos de dinero y educación financiera. Un buen ejemplo es indispensable. En el caso de compartir con los niños que la familia está cuidando los gastos, jamás llegue a casa con compras exageradas.

A partir de los dos años, cuando los niños comienzan a demostrar sus propios deseos, ya es momento de iniciar la educación financiera, compartiendo con ellos el proceso de intercambio de dinero por productos.

Tiene que estar siempre listo para ayudar a su hijo a lidiar con la frustración. Es fundamental explicarles que no es posible que cada uno realice sus deseos inmediatamente. Ayúdeles a organizarse y a ahorrar.

A partir de los cuatro o cinco años, los niños ya pueden comenzar a recibir una pequeña cantidad de dinero. Para eso, nada mejor que regalarle su primera alcancía. Son un óptimo recurso para aprender las primeras nociones de economía, mostrando la diferencia entre un producto caro y uno barato, además de ayudar a los niños a ahorrar para comprar algo que realmente deseen.

El destino de la mesada. Es importante una orientación en relación al uso de la mesada, como por ejemplo establecer prioridades de consumo y economizar para compras mayores. Nada demasiado riguroso, para no tornar el aprendizaje aburrido y desagradable.