Cómo los impuestos castigan al capaz

Por Jairo Pinilla, director ejecutivo de Performia

Se necesita coraje para decir que los ricos (o al menos la mayoría de ellos) no son ricos solo por que heredaron fortuna de sus antepasados o por que explotaron a los pobres, como afirman las teorías marxistas, sino que lo son por su espíritu empresario, su voluntad de asumir riesgos y principalmente por sus capacidades superiores a las del promedio.

Si confiscáramos las propiedades de todo el país y las repartiéramos equitativamente entre todos sus habitantes, pasaría solo un par de años hasta que de nuevo los más capaces, emprendedores y dedicados tuvieran más que los demás.

Pero ya sea por ignorancia, o con ánimos verdaderamente destructivos, la mayoría de gobiernos del mundo tratan de cobrarles impuestos de manera desproporcionada a los más capaces, y no se han dado cuenta de que los más capaces son los que mantienen vivos a los menos capaces.

La igualdad de derechos es imperativa: Pero no implica igualdad de capacidades. La mayoría de sistemas tributarios del mundo le cobran de manera injusta a las personas más productivas. Es justo pedirle a quien gane 10 veces más que pague 10 veces más impuestos. No tiene sentido pedirle que pague 50 veces más. Además, no estamos hablando sólo de impuestos, sino de la carga social en las Pymes.

Si queremos aumentar la productividad en el país, hay que premiar a los más eficientes, no castigarlos por utilizar sus capacidades para generar riqueza. Los impuestos progresivos son un castigo a los mejores y tienen consecuencias:

  1. Estos impuestos son un gasto extra, y este gasto se refleja en un aumento de los precios de los productos nacionales. Esto dificulta la exportación y crea una espiral de impactos económicos en la economía interna.
  2. Buena parte de la capacidad y el tiempo de los empresarios se pierde en las complicaciones fiscales y en buscar exenciones legales, que son difíciles de aplicar y complican el panorama de los recursos reales de la empresa, y dificultan innecesariamente la vida y trabajo de todos los involucrados.
  3. Algunos empresarios se decantan por métodos ilegales de evasión de impuestos, situación que los pone en peligro de ser judicializados o incluso de extorsión por parte de los que se involucran en el proceso. La conciencia de que existe un peligro de ser descubiertos, crea en estas empresas precaución, menos empuje, falta de voluntad para hacer Relaciones Públicas y competir de verdad. Y por supuesto, se perjudica el país.
  4. Donde se utilizan los impuestos y otras cargas fiscales para sostener programas sociales existe el peligro de que el Estado apoye a los no trabajadores de tal manera, que para los desempleados termine siendo más rentable no trabajar.
  5. Los sistemas tributarios complicados, donde los contribuyentes demuestran su derecho a diferentes exenciones por gastos específicos, requieren de organizaciones de control de proporciones inmensas, que consumen un porcentaje significativo de los fondos que logran recaudar, haciendo estos procesos completamente inútiles.

Menor tarifa = Más recaudo

Los economistas señalan el hecho de que, en los países que han pasado a un sistema tributario con bajas tarifas de impuestos, se recauda más dinero que cuando el mismo país funcionaba con altas tarifas. Esto sucedió en Eslovaquia después del año 2003, al aplicar una reforma tributaria que pasó de cobrar impuestos progresivos de renta que llegaban hasta el 42% a cobrar un impuesto universal del 19%, dado el mayor desempeño mismo de la economía y el aumento del PIB.