¿Cómo evaluar el desempeño de su empresa?

Es común escuchar a las personas manifestar su descontento por los procesos de evaluación del desempeño, ya que para algunos representa momentos de ansiedad y estrés.

Pero hay que tener en cuenta que sin estos mecanismos de rastreo no hay forma de saber si las cosas se están haciendo bien o no en la empresa. Evaluar ayuda a saber si la compañía va por el camino de la prosperidad o del fracaso. Medir el desempeño del personal es evaluar el rendimiento del capital humano y eso no es poca cosa tanto para una organización que pretende ser competitiva, como para los individuos que desean ser exitosos en el mercado laboral. 

La evaluación es una estrategia necesaria para la supervivencia y mayor competitividad de las organizaciones, y más allá de concebirla como un proceso negativo, se debe lograr que sea atractiva, ágil, eficiente y eficaz.
Un proceso adecuado de evaluación del desempeño representa ventajas para las organizaciones. Ventajas como: mejora del desempeño laboral cuando se complementa con retroalimentación, diseño de mejores políticas de compensación salarial, decisiones adecuadas de ubicación del personal, identificación de necesidades de capacitación, así como detección de errores en el análisis y concepción de puestos.
Antes de poner en marcha un proceso de evaluación, el gerente Pyme debe formularse estas preguntas: ¿para qué lo queremos? ¿cuáles son los objetivos? ¿quiénes participarán? y ¿quiénes operarán el proceso?
Entre más claro se tengan estas respuestas, mejor se puede transmitirlo a los participantes. Es bien sabido que donde falta la información, abunda el rumor que distorsiona sobre lo que realmente sucede, creando una falsa imagen y perjudicando al proceso.
Existen muchos tipos de programas de evaluación, desde los más sencillos hasta los que involucran grupos especializados de estudio, comisiones revisoras, actas y recomendaciones formales.
Para asegurar el éxito, este programa debe tener dos condiciones básicas: apoyo de los altos niveles directivos y comprensión de la importancia de la evaluación por parte de supervisores y subalternos.
A diferencia de lo que ocurre en la evaluación del capital financiero o físico, en la del capital humano existen aspectos subjetivos involucrados. Por eso se identifican cuatro tipos de distorsiones a los que frecuentemente están sujetos los evaluadores: prejuicios personales, influencia de acontecimientos recientes, tendencia a la medición central y efecto aureola, que ocurre cuando el evaluador califica al empleado predispuesto a asignarle una calificación basado en la simpatía o antipatía que le produce.
Mediante una adecuada selección del método de evaluación y retroalimentación es posible reducir distorsiones, y todo evaluador debe tener buena comprensión del programa de evaluación.