Cambiar o morir: transformación digital de pymes colombianas

Por José Luis Valderrama

Country Sales Director de Xertica Colombia.

 

Las empresas colombianas han operado bajo esquemas de trabajo que se mantienen inalterables en muchos casos. Sin embargo, seguir una receta “segura” hoy suele ser sinónimo de fracaso: en la medida en que las compañías se restringen a innovar, son más propensas a morir. 

La transformación digital se vuelve una tarea impostergable. Y aunque se la suele definir como una prioridad exclusiva de las grandes corporaciones, lo cierto es que impacta a más pymes de las que se cree.

En el caso de Latinoamérica, el 99 % de pequeñas y de medianas empresas es responsable de la generación de más del 50 % del empleo, según datos del Banco Mundial. Además, representan más de 11 millones de emprendimientos en los distintos mercados regionales.

Y para 2020, se prevé que la revolución digital moverá más de 1.97 billones de dólares, de acuerdo con estimaciones del International Data Corporation (IDC), y los family business ocuparán un rol central en esta revolución.

Estado y desafío de las pymes colombianas

El rol de las pymes es cada vez más notorio en el engranaje económico de Colombia. El Informe de Dinámica Empresarial realizado por Confecámaras, elaborado a partir de la base informativa del Registro Único Empresarial y Social (RUES) de las Cámaras de Comercio, reveló la apertura de 328.237 unidades productivas durante 2018.

El 74,1 % de las 328.237 nuevas empresas se concentró en cinco sectores: comercio (124.524), seguido de alojamiento y de servicios de comida (52.655), industria manufacturera (31.130), actividades profesionales, científicas y técnicas (19.264) y otras actividades de servicios (15.866).

En total, las pequeñas y medianas empresas del país responden por 78,2 % del empleo nacional. En este sentido, sobresale el siguiente dato: las mil pequeñas y medianas empresas de mayor tamaño generaron, en conjunto, US$ 20,2 billones el año pasado.

Sin embargo, seis de cada diez empresas colombianas todavía no cuentan con algún tipo de certificación de calidad, hecho que nos resta competitividad tanto en el mercado local como internacional, de acuerdo con Colombia Productiva. Asimismo, esto se desglosa en tres puntos clave, que detallamos a continuación:

 

Ausencia de herramientas de mejoramiento continuo

Los sistemas de gestión de la calidad y de sus respectivos procesos requieren estar en continuo mejoramiento para así garantizar que la empresa evolucione de forma permanente y siempre al alza. No obstante, cuatro de cada diez empresas analizadas (41,5 %) no implementan ninguna herramienta de mejoramiento continuo.

  1. Falta de medición de gestión

De acuerdo con el análisis mencionado, el 25 % de las empresas no conoce cuánto pierde económicamente por fallas de calidad, debido a que no se monitorean los resultados de la gestión de cara al interior de la compañía. Y esto impide encontrar nuevas oportunidades de mejora.

  1. Directivos desconocen la gestión de calidad de sus empresas

Ocho de cada diez gerentes desconocen la gestión de calidad de sus empresas, incluso en caso de que se esté ejecutando satisfactoriamente. Esta situación imposibilita la toma de decisiones estratégicas para optimizar procesos y productos, lo que a su vez obstaculiza elevar la productividad y la competitividad.

Una tarea conjunta apremiante 

En este escenario, las pymes familiares encuentran piedras en el camino que entorpecen la puesta en marcha de la digitalización de sus procesos internos y de los servicios que ofrecen a sus clientes.

A los desafíos habituales que enfrenta cualquier compañía, se suma un aspecto vinculado con el ADN de nuestras empresas colombianas: el componente familiar. Muchas veces, son las generaciones más jóvenes los propulsores de la migración hacia el plano digital, encontrándose con el reto de convencer a las generaciones anteriores a emprender un nuevo rumbo para crecer y sobrevivir frente un mercado cada vez más competitivo.

Las nuevas generaciones entienden que la competencia no proviene ahora de los sectores tradicionales, sino que hay que estar pendientes de nuevos disruptores en todas las industrias, que pueden, en un abrir y cerrar de ojos, desafiar y hacer desaparecer negocios que parecían imperecederos.

Esta transformación requiere el compromiso de toda la organización, no solo en cuanto a la adopción de nuevas tecnologías, sino también para hacerle frente al cambio cultural que debe traducirse en un cambio de mentalidad hacia una mayor colaboración, agilidad, productividad y mejora del clima laboral.

Además, la transformación tiene que comenzar primero por los líderes porque son ellos quienes deben tomar las riendas del proceso y guiar al equipo. En esta dirección asimismo, debe empezar por modificar la manera como la compañía trabaja de formainterna, ya que ese es el camino correcto para luego ofrecerles a sus clientes una experiencia realmente digital.

Xertica llevó adelante un estudio denominado Estado de Transformación Digital en América Latina, donde se recolectó información de ejecutivos de alto nivel dentro de empresas de la región sobre tendencias referidas a la transformación digital. El estudio reveló que 9 de cada 10 entrevistados están de acuerdo con que el área de tecnología de una compañía no es la única responsable de llevar adelante la transformación digital.

Si bien una porción de los entrevistados consideró que este sector se halla en mejores condiciones de asumir el mando de esta tarea dado que se necesita conocimiento técnico para lograrlo, el 69.6 % de los encuestados escogió otras áreas como las posibles encargadas de encarar el cambio. Esto confirma que la transformación digital no es una responsabilidad que se circunscriba al departamento de tecnología.

 

La utilidad impostergable de la transformación digital

Iniciar el camino de la transformación digital genera beneficios tangibles. El 90.4 % de los encuestados para el Estado de Transformación Digital en América Latina del 2018 concuerda con que las tecnologías de transformación digital son vitales para mantener la competitividad de sus empresas. Asimismo, casi 3 de cada 4 entrevistados están de acuerdo con que la adopción de nuevas tecnologías ha impactado de manera positiva en sus ventas, mientras que 4 de cada 5 afirman que sus trabajadores se han vuelto más productivos una vez que sus empresas migraron a la nube.

Según la IDC, se pronostica que el gasto en tecnologías de la información de las pymes, a nivel mundial, crecerá un 4.5 % hasta alcanzar los US$ 568 mil millones. Una parte pequeña (menos del 10 %) de esto corresponde a América Latina. Sin embargo, la región muestra el crecimiento más rápido a nivel mundial en las inversiones de las pymes destinadas a nuevas herramientas: se prevé que aumentará un 6.3 % para 2022.

La transformación digital no es exclusiva de las grandes corporaciones, de hecho son las pymes familiares las que tienen la mayor agilidad para transformarse de manera más rápida y capitalizar mejor las oportunidades que el mercado ofrece.

Si bien debemos ser conscientes de que la transformación digital se ha convertido en un vehículo de supervivencia, también tenemos que entender que las oportunidades que aquella ofrece les permiten a las pymes tener crecimientos exponenciales en un mercado que está cada vez más hambriento de productos y de servicios digitales.