Aprendiendo a ser su propio jefe
La adecuada autodirección del emprendedor es esencial para que los buenos negocios se concreten. El trabajo independiente implica una relación de jefe-subordinado, lo que significa que una misma persona ocupa ambos roles.
No se trata de desarrollar una doble personalidad, pero sí de entender que la dirección (en este caso la autodirección) es esencial. En todo proyecto se necesita un líder que marque el rumbo, tome las grandes decisiones, se asegure de que se implementen y haga seguimiento a los resultados. No tener un jefe, puede llevar a bajar el rendimiento y caer en vicios laborales. ¡Hay que esforzarse por sacar lo mejor! Aquí presentamos algunas recomendaciones para convertirse en un buen jefe de sí mismo:
Fíjese objetivos claros: para que las tareas se cumplan, es clave establecer desafíos concretos con plazos específicos. Por ejemplo, terminar un plan de negocios, tener fijado cierto número de muestras de un producto o metas y objetivos a alcanzar antes de una fecha límite.
Establezca rutinas: el hecho de trabajar solo y sin jefes, hace que se corra el riesgo de desorganizarse. Si bien es bueno poder improvisar y administrar el tiempo libremente, crear ciertas rutinas ayudará a saber qué hacer y cómo ser más eficiente. Es mejor establecer tareas regulares y cumplirlas: actualizar la vitrina todos los viernes, revisar el estado de los pagos a proveedores los lunes, contestar mensajes de clientes antes de empezar la jornada diaria, etcétera.
Manténgase motivado: tener siempre ganas de trabajar al máximo no es fácil. Hay que buscar formas de ponerse incentivos: premiarse si se logra captar un nuevo cliente, tomarse descansos extra al cumplir sus metas y llevar un registro de los logros, pueden ayudar a mantener la motivación.
Apóyese en otros: en un emprendimiento unipersonal se necesita la ayuda de terceros para cumplir con algunas tareas, ya sea porque no son de su experticia o porque se necesita optimizar el tiempo para alguna actividad más importante. Se debe crear un equipo con personas en quien se pueda confiar, ya sean empleados, proveedores o colaboradores temporales.
Mantenga un lugar de trabajo: se trata de un espacio que cumpla con los requisitos mínimos para estar bien y realizar las labores adecuadamente, de esta manera se podría impulsar la productividad. Para tener un ambiente laboral adecuado siempre es útil empezar por identificar los elementos que le ayudan a trabajar mejor y empezar incorporarlos en el lugar: tecnología, fotos, libros, velas, etcétera.
Haga autoevaluaciones y busque formas para mejorar: como mínimo una vez al año, es recomendable tomarse un tiempo para pensar, dejando de lado la rutina y los problemas. Quedarse en casa o buscar un lugar tranquilo para hacer balances de lo que se ha hecho e identificar lo que se puede mejorar, siempre es un buen ejercicio.