2023, un año en el que todos debemos exigir factura electrónica

Dentro de la reciente y aprobada reforma tributaria, se estableció que los más de cuatro
millones de personas naturales que declaran renta; de los cuales un millón y medio pagan
impuestos, podrá, dentro de la declaración de renta que presentan en el año 2024 con la
información fiscal del 2023, solicitar la deducción en la renta líquida gravable del impuesto
sobre la renta por el 1% del valor de las compras que hayan hecho como personas
naturales y realizadas con cualquier método de pago electrónico.
La DIAN monitorea, tiene el control y es evidente que cada vez más personas, NO
OBLIGADAS A FACTURAR, deben exigir factura por cada compra de bien o servicio que
realicen, solo de esa manera las declaraciones de renta, podrán, si fuera el caso, disminuir
los valores a pagar.
Si bien las cifras o montos grabados que obligan a realizar pagos de impuesto sobre la
renta son altos, la realidad del tema tributario y el cambio mismo en el modelo de
facturación en el país ponen sobre la mesa una necesidad de cambio inmediato que apunta
a la claridad en la trazabilidad de las operaciones de todo tipo de personas y en la
implementación de un hábito de finanzas sanas. El exigir factura electrónica, aun cuando no
se pertenezca a ese selecto grupo de no obligados a facturar que pagan impuesto sobre la
renta, debe convertirse en una práctica estándar a partir del nuevo año.
“En FACTURATECH el compromiso con la renovación y la pedagogía necesaria para la
modernización de todo el sistema de facturación en Colombia sigue firme, se fortalece y
desde el mismo hacemos un llamado a toda la comunidad para que la exigencia de una
factura electrónica sea un hábito adoptado por todos. Solo de esta manera hacemos que el
cambio no nos cueste, nos favorezca y entendamos las implicaciones, beneficios y
sanciones que el no exigirla puede traer”. Caren Contreras, gerente de marca de
Facturatech.
El tema es tan simple y real como el entender que debemos solicitar factura electrónica al
comprar un helado, unas papas, una pizza, al realizar un servicio de cambio de aceite o una
revisión de vehículo, y cualquier otro tipo de compra de bien o servicio por insignificante que
parezca para tener una trazabilidad impecable sobre el movimiento del dinero. Esto,
anudado a la validación previa que la DIAN actualmente implementa para resumir/avalar
cada transacción, optimiza el proceso para una declaración de renta sin complicaciones y a
su vez permitirá un monitoreo constante sobre los montos, valores y obligaciones a los que
se deben llegar según las normas.